La ordenación de montes tiene como finalidad la conservación y el aprovechamiento racional de su producción, atendiendo siempre a las exigencias biológicas y beneficios indirectos (como pueden ser la lucha contra la erosión, mejora y mantenimiento del ciclo hidrológico, conservación de la biodiversidad, potenciación del uso social etc.).
La ordenación de montes con la resina como aprovechamiento principal se ha venido aplicando desde hace más de cien años. Por lo tanto puede hablarse de una sólida doctrina dasocrática en relación con estos montes.
En las comarcas con más tradición resinera de las provincias de Segovia, Valladolid, Ávila y Soria, puede decirse que se encuentra ordenada la totalidad de los montes públicos en los que se realizó este aprovechamiento. En su momento esta planificación, asumida ahora como uno de los objetivos de la política forestal, se extendía también a los montes de particulares con superficie superior a 50 ha en los que se llevaba a cabo la resinación.
Pero no sólo la ordenación de las masas existentes fue una de las consecuencias positivas del aprovechamiento de la resina en otras épocas, sino que la propia existencia de muchos de esos pinares se debe al interés económico que su existencia supuso para los propietarios de terrenos desarbolados.
El método de ordenación seguido en la actualidad para la mayor parte de los montes en resinación, es el método de tramos periódicos en su variante para resinación por tramos completos. Resulta completamente polivalente en cuanto a la dedicación maderera y resinera o exclusivamente maderera de los montes, pudiéndose pasar de una a otra sin problemas. Su aplicación a lo largo de varias décadas demuestra su complementariedad con otros aprovechamientos (caza, madera, micología, etc.). Los turnos son por lo general de cien años, aunque algunos montes con buenas condiciones de regeneración mantienen un turno de ochenta años. La mayor parte de los cuarteles se organizan en cuatro tramos, con periodos de regeneración y de resinación de veinticinco años.
La aplicación de las ordenaciones a lo largo del siglo pasado hace posible que tengamos unos montes con sus límites, estado posesorio, etc. muy bien determinados, con un estado natural caracterizado por la presencia de una gran diversidad de flora y fauna, en el que la especie principal se desarrolla en buenas condiciones de vitalidad y salud y en el que el equilibrio de clases de edad conseguido es garantía de la persistencia y el aprovechamiento equilibrado y sostenido de la masa.
Fuente: S.T. de Medio Ambiente de Segovia.
También se ha incorporado a la gestión de los montes la Certificación Forestal en respuesta a una creciente demanda de la sociedad por garantizar la Gestión Forestal Sostenible. La mayoría de los montes objeto de aprovechamiento de resina en esta Comunidad cuentan desde el año 2004 con el certificado en Gestión Forestal Sostenible bajo el sistema PEFC lo que permite, comercializar la miera de estos bosques con un sello que avala y garantiza que proviene de bosques Gestionados de forma Sostenible y contribuye a su a vez a una mejora continuada de su gestión.
En resumen, un sistema productivo estructurado, sostenible, conseguido con la planificación y el trabajo a lo largo de décadas, capaz de satisfacer las múltiples demandas que la sociedad actual requiere de los montes, cuyo aprovechamiento contribuye al mantenimiento y desarrollo de la población rural y a satisfacer la creciente demanda de materia prima de un sector de la industria química nacional que corre el riesgo de desaparecer y con él todos estos beneficios, si ahora no se adoptan medidas de apoyo a este aprovechamiento.
Su abandono supondría la extinción de una organización forestal que ha necesitado más de 100 años para alcanzar la situación actual, adecuada para el aprovechamiento resinero, por lo que una eventual interrupción de este ciclo y su posterior puesta en marcha llevaría varios decenios.
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