La resinación es el proceso de obtención de resina de los pinares, desde la extracción de la miera del pino en el monte hasta su fraccionamiento por destilación en colofonia, esencia de trementina y agua. Esta actividad económica constituye el tramo forestal de una cadena de valor que se inserta en cadenas más sofisticadas a través de la transformación química de los componentes de la resina. Su versatilidad tecnológica lleva los compuestos derivados de la resina natural hasta el consumidor final como parte de productos de alto valor añadido como cosméticos, adhesivos, tintas y recubrimientos o productos farmacéuticos entre otros.
El sector químico europeo, principal consumidor de los productos derivados de la resina, se encuentra en un fuerte proceso de adaptación a los criterios de sostenibilidad ambiental, lo que hace previsible una creciente demanda de productos de origen natural como la resina.
La miera obtenida en los pinares castellanos y leoneses forma parte de un complejo sistema de mercado en el que compite con mieras de otras procedencias geográficas, así como con derivados resínicos de otras fuentes naturales como las resinas de tall-oil o de la destilación del tocón de pino, y con derivados petroquímicos.
En este contexto competitivo, el engranaje motor de la actividad de la cadena de valor de la resina natural castellana y leonesa es la industria resinera local que, a lo largo de la última década, ha incrementado en su mix de aprovisionamiento la proporción de resinas procedentes de los montes regionales.
En la actualidad en Castilla y León existen cinco fábricas con capacidad para efectuar la primera transformación de la resina, tres de las cuales se han instalado entre los años 2010 y 2018 en la Comunidad, y que procesan cerca de 12.200 toneladas de miera local.
La satisfacción de esta creciente demanda de la industria de primera transformación ha sido posible gracias a la existencia de un monte resinero ordenado, en su mayor parte de titularidad pública que, a pesar del parón de la actividad extractiva había mantenido su capacidad productiva intacta.
El eslabón imprescindible de la cadena de valor lo constituyen los resineros, que realizan una labor altamente especializada de cuya correcta ejecución depende la viabilidad de todo el sistema productivo. Durante la crisis sectorial el colectivo resinero había quedado mermado con solo 175 resineros en la Comunidad. En la actualidad se contabilizan cerca de 900 trabajadores dedicados a la extracción de resina.
La cadena de valor de la resina natural forma parte de un sistema de mercado conocido como industria química del pino, del que forman parte otras dos fuentes de derivados resínicos como son el proceso Kraft de producción de pasta celulosa y, por otra parte, la destilación del tocón de pino.
La miera extraída de los pinares aporta el 65% de la materia prima necesaria para la industria química del pino a escala mundial, una industria que tiene un volumen de negocio global entorno a los diez mil millones de dólares, proporcionando más de 10.500 empleos industriales y cerca de 220.000 empleos para resineros en todo el mundo.
Así, la cadena de valor de la miera obtenida en los pinares castellanos y leoneses forma parte de un complejo sistema de mercado en el que compite con otras fuentes naturales y de resinas procedentes del petróleo.